En esta entrada conoceremos los distintos tipos de lunares malignos que existen. Pequeños o grandes, marrones, rojos o negros, escasos o abundantes… casi todos tenemos lunares en el cuerpo o en la cara.
La gran mayoría de las personas tiene al menos algunos.
Sólo para que tengas una idea, el número promedio de lunares en el cuerpo y en el rostro de una persona blanca es de 30, pero muchos pueden tener hasta 400 ejemplares de estas pequeñas marcas.
¿Qué significan las marcas de este tipo?
¿Son sinónimo de encanto y apariencia única o una imperfección que representa riesgos para la salud?
Los lunares son pequeñas protuberancias o zonas con diferente coloración a la normal debido a la producción excesiva de melanina en grupos de células de la piel.
La razón de la sobreproducción del pigmento aún es desconocida, así como la función de estas manchas corporales.
Los lunares y el riesgo de cáncer de piel
En su gran mayoría, los lunares son inofensivos para la salud y sólo representan un problema estético.
Lo que determina las posibilidades de desarrollar un melanoma (la forma menos común y más grave de cáncer de piel) son los factores de riesgo de la propia persona.
Antecedentes familiares de nevus atípicos o displásicos, son un factor de riesgo para el melanoma. Estos nevus tienen aspecto diferente de los lunares comunes.
Un lunar atípico es por lo general mayor que los otros y tiene bordes que no son fáciles de ver. Su color suele ser irregular y puede variar de rosado a marrón oscuro. Además, partes de estos nevus pueden elevarse por encima de la superficie de la piel.
El pelo rubio, la piel blanca y sensible al sol, con muchas manchas y pecas, aparte de la excesiva radiación solar en la infancia son otros factores de riesgo para el cáncer de piel o melanoma, pero este último factor es el más importante.
Según estudios, mientras que sólo uno de cada un millón de lunares sufre cambios convirtiéndose en un melanoma, la principal causa de la enfermedad puede estar relacionada con las quemaduras solares en la infancia.
Aprendiendo a conocer los tipos de lunares malignos: la regla ABCDE
Además de conocer el riesgo de padecer cáncer de piel, es fundamental que todos aprendamos a mirar nuestros lunares para reconocer cuando uno de ellos presenta cambios e inmediatamente buscar un dermatólogo si fuera necesario.
Para ello es importante que se conozca la «regla ABCDE», lo que ayudará a identificar los cambios negativos en los lunares que necesitan atención:
– A: significa asimetría, un cambio en la forma en que una mitad del lunar no coincide con el otro.
– B: se refiere a los bordes irregulares, un cambio donde el contorno del lunar se convierte en irregular.
– C: se refiere a la uniformidad de los colores, es decir, cuando hay un cambio en la tonalidad o varios colores distintos en un mismo lunar.
– D: indica el diámetro, un cambio en el tamaño que hace que los lunares tengan más de 6 mm.
– E: quiere decir evolución, los cambios en el aspecto de la superficie de los lunares, que a veces cambian de color, otras veces de tamaño y otras forma una costra, que puede comenzar a sangrar.
Además, otros signos, tales como heridas que no cicatrizan, propagación del color desde un punto de la piel a la zona alrededor, picazón, sensibilidad o dolor y el cambio en la superficie del lunar, con hinchazón o sangrado, son alertas para el cáncer de piel (melanoma).
Cuando uno o más lunares presentan características de la regla ABCDE o alguno de los signos mencionados anteriormente, es recomendable consultar un especialista para hacer una evaluación.
Esperamos que te haya sido útil esta entrada sobre cuáles son los tipos de lunares malignos y que tomes los cuidados necesarios para su prevención.
Si puedes, fíjate también en esta información:
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Me a sido de gran ayuda está publicación
Hola José,
Me quedo muy contento que le haya sido útil.
Un cordial saludo y gracias por su comentario.